Catedral y Oficina de Turismo
Aquí, ¡se impone la catedral! Al igual que todos los visitantes, Jules Verne admiraba la majestad de este «estupendo ejemplo de arte gótico del siglo XIII», como lo escribió en Una ciudad ideal. También aludió a ella en El secreto de Wilhelm Storitz:
«La catedral […], un monumento del siglo XIII en el que se mezclan el estilo románico con el gótico. Sin embargo, esta catedral tiene partes de gran belleza, que merecen la atención de los conocedores: su fachada flanqueada por dos torres; su aguja enclavada en el transepto, de 315 pies de altura; su portal central con arcos muy elaborados; su gran rosetón atravesado por los rayos del sol cuando se pone, y desde el que se ilumina ampliamente la gran nave; y finalmente, su ábside redondeada entre sus múltiples contrafuertes».